Biometría hemática completa

Podemos conocer casi todo acerca de nuestra salud por medio de la sangre. Es por eso que la biometría hemática es la prueba más completa para analizar el estado del organismo, predecir riesgos y detectar enfermedades.

La sangre se compone principalmente de tres tipos de células:

  • Glóbulos rojos, conocidos también como eritrocitos.
  • Glóbulos blancos, o también llamados leucocitos.
  • Plaquetas.

En conjunto, trabajan para abastecer a todos los órganos de lo necesario y seguir funcionando.

 

¿Para que sirve la biometría hemática (hemograma)?

También llamado hemograma, la biometría hemática es un útil aliado de la salud, ya que ayuda a detectar el riesgo de padecer o a diagnosticar enfermedades como:

  • Anemia.
  • Algunos tipos de cáncer.
  • Padecimientos inmunológicos.
  • Infecciones.
  • Enfermedades en la sangre.
  • Alergias.
  • Enfermedades autoinmunes.

Además, se utiliza para evaluar el riesgo que tiene un paciente de tener complicaciones antes, durante o después de una cirugía, por lo que se considera un análisis preoperatorio.

 

¿Cómo se interpretan los resultados de un hemograma?

Esta es tarea exclusiva del médico, pero algunas señales de alarma y sus posibles causas son:

Glóbulos rojos altos

  • Baja concentración de oxígeno en sangre.
  • Enfermedad cardiaca congénita.
  • Cor pulmonale.
  • Fibrosis pulmonar.
  • Policitemia vera.
  • Deshidratación.
  • Enfermedad renal.

Glóbulos rojos bajos

  • Hemorragias importantes.
  • Anemia.
  • Problemas en la médula ósea.
  • Enfermedad renal.
  • Destrucción de glóbulos rojos.
  • Algún tipo de cáncer.
  • Desnutrición o deficiencia de nutrientes.

Glóbulos blancos altos (leucocitosis)

  • Infección.
  • Enfermedades que causan inflamaciones crónicas (como artritis reumatoide o alergias).
  • Leucemia.
  • Estrés físico o emocional.
  • Quemaduras importantes.

Glóbulos blancos bajos (leucopenia)

  • Problemas en la médula ósea.
  • Intoxicaciones.
  • Enfermedades autoinmunes.
  • Enfermedad del hígado o bazo.
  • Exposición a radiación.

Plaquetas altas (trombocitosis)

  • Anemia.
  • Leucemia mieloide crónica.
  • Extirpación reciente del bazo.

Plaquetas bajas (trombocitopenia)

  • Anemia aplásica.
  • Cáncer o infección en médula ósea.
  • Cirrosis.
  • Deficiencia de nutrientes, como ácido fólico y vitamina B12.

 


FUENTE: saludymedicinas.com.mx